Originalmente se llamó Lopepe Lomong y nació en una pequeña aldea en el sur de Sudán. Fue secuestrado a los seis años de edad mientras asistía a una misa católica. Su familia lo dio por muerto y enterrado en rebeldía. Casi murió en su cautiverio, pero fue ayudado a escapar por la gente de su aldea. Tres días después cruzaron la frontera en Kenia. Durante diez años estuvo en un campamento de refugiados cerca de Nairobi, antes de ser trasladado a los Estados Unidos a través de Caridades Católicas. Su nombre “López” era un apodo del campamento de refugiados que más tarde adoptó oficialmente. A pesar de que inicialmente le hicieron creer que sus padres habían sido asesinados por el Ejército de Liberación del Pueblo en Sudán, logró reunirse con su madre y su familia en 2003, que ahora viven fuera de Nairobi.  

Lomong califico para la delegación de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 el 6 de julio de 2008, un año después de obtener su nacionalidad americana.

Después de su éxito en el nivel colegial, López firmó un contrato con Nike y ahora compite profesionalmente.

Escribió un libro titulado “Correr para vivir” que no es sólo una historia sobre África ni siquiera un relato sobre atletismo, entrenamiento o sobre las Olimpiadas… Es la biografía de un joven que aún teniéndolo todo en contra es capaz de perseguir un sueño a todas luces inalcanzable.

En su conferencia, Lopez Lomong nos cuenta cómo pasó de ser un pobre niño, secuestrado en la guerra civil de Sudán a convertirse en atleta olímpico norteamericano, de cómo sobrevivió sin familia al terrible campo de refugiados de Kakuma y de cómo logró salir de allí evitando así un futuro abocado a la desesperanza.

La vida de Lomong es una prueba de que, en la mayor oscuridad, Dios puede hacer brillar la luz y ofrecer esperanza a los que la han perdido. Un ejemplo de valor, trabajo duro y tenacidad para alcanzar los propios ideales.

Actualmente dirige una fundación para llevar esperanza a su tierra natal.